SECUENCIA XIV: el plano ridículo

Al final de la secuencia XIV, una vez hemos presenciado la recogida de recipientes para usarlos como bombas conteniendo la dinamita aportada por González y sus compañeros desde la ciudad, vemos a media docena de personas, tirando de un carro de mano, supuestamente los vecinos de Linás y los republicanos recién llegados, que se dirigen al desfiladero para impedir el avance de las tropas rebeldes.

Salta a la vista la primera incongruencia. ¿Qué tipo de guerrilla podrá llevar a cabo la señora que cierra el cortejo, con abrigo y calzado con tacones? ¿Sería acaso Josette, que se empeñó en aparecer un momento en la pantalla, al estilo de Hitchcock? Tampoco es que el resto ofrezca una imagen excesivamente bélica, de gente dispuesta a morir, cargada con doscientos kilos de dinamita (como poco antes a afirmado González).

Se podría analizar algo más el contenido de la carreta, pero no quisiera que sonara a burla. Pero sí que cabe plantearse la necesidad de dicho plano, a todas luces insuficiente, que queda claro que fue rodado en Villefranche de Rouergue, como se aprecia en la comparación de imágenes. Salen de la Place de Nôtre Dame, hacia la rue du Consulat.

SEC XIV. Rue du Consulat VILLEFRANCHE-DE-ROUERGUE
Rue de Consulat, hoy

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las cinco secuencias que siguen, en las que se describe el encuentro en el desfiladero, con los aguerridos habitantes de Linás enfrentándose a los tanques franquistas, no fueron incluidas en el montaje final. Son parte de las 11, de las 39 totales, que están en el guion pero que no se rodaron, o el mal estado del original no permitió su incorporación al filme. Las describiremos con algún detalle en la correspondiente pesquisa.

Pero sigamos con la duda: Lo más probable, al requerirse tanques, explosiones e imágenes de lucha en el exterior, es que ni tan siquiera se rodaran, al menos en la mayoría de sus planos. Desde el principio del rodaje, en julio de 1938, se sabía de dicha necesidad y de la dificultad de conseguirla. Nos dice Denis Marion[i]: “Se necesitaron tres meses de contactos con las autoridades militares para obtener los aviones necesarios. Fue bastante simple para el avión de turismo que utiliza el aviador alemán: no debía despegar, solo filmarlo capotado, por lo que no necesitaba ser capaz de volar. Louis Page dispuso finalmente de un (los dos de la secuencia son un montaje) Potez para dos tomas durante unas horas. Como último recurso, un pequeño avión de transporte, al que se le quitó los asientos para poner la cámara, permitió algunas tomas aéreas de un pueblo, la carretera y el campo de aviación clandestino, con su humareda. No nos fue nunca posible conseguir los seis tanques cuya dramática aparición constituía la llave de una de las secuencias que nunca fueron rodadas”.

Por lo tanto, ello se sabía ya en abril de 1939, cuando la guerra había terminado, y no se disponía del attrezzo ni de los artistas necesarios (ya hemos visto que Miguel S. Castillo -González-, no estaba por allí). Para dar verosimilitud al relato, se incluyó al final de la secuencia, el rótulo que aparece en la imagen, a todas luces insuficiente para transmitir el dramatismo de las escenas previstas, pero que al menos da una escueta información sobre las intenciones más ajustada que la imagen comentada.

Entonces: ¿Era necesario el plano de la señora con tacones, yendo a enfrentarse a los tanques?

 

[i] MARION, Denis (1998) Le cinéma selon André Malraux. París, Cahiers du Cinéma. Página 18

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