PESQUISA 4: EL TOPO

Uno de los actores que aparecen en las escenas donde se menciona la ubicación de la escuadrilla (Chiva, La Señera…) es Julio Peña (Madrid, 1912 -Marbella, 1972), actor reconocido, que debutó en el teatro con 15 años, y en el cine con Doña Mentiras (1930). Pasó a Hollywood contratado por la Paramount, aunque con escaso éxito. Regresado a España, pasa a formar parte del elenco de numerosas películas, como Maria de la O (1936), Las cinco advertencias de Satanás (1937) y Sierra de Teruel (1939).

 

 

 

Finalizada la guerra civil, participó en rodajes en la Italia fascista, como “I figli de la notte” (1939) o “Ultima fiamma” (1940). En 1959 participó en el rodaje de “Salomón y la reina de Saba“, con Tyrone Power y Gina Lollobrígida, interpretando el papel de Zadok (recuerdo que André Malraux, junto con el productor y militar Edouard Corniglion-Moliner, fue en 1934 al Yemen, en busca del reino de Saba). En la escena final, un duelo a espada entre Tyrone Power y George Sanders, el primero sufrió un infarto que lo llevó a la tumba. A los dos días, se anunció que Yul Brynner le sustituiría, debiéndose rodar de nuevo las escenas en las que aparecía Power.

 

 

Pero lo relevante para esta disección de la escena, es la evolución que tuvo Julio Peña, después de haber rodado una película de izquierdas (donde se camufló por su amistad con Andrés Mejuto), siendo bien acogido por la “cultura” franquista. Quizá sea relevante el texto de su autobiografía donde dice:

Los comunistas -muchos extranjeros llegaron para esto- decidieron hacer una película de la actualidad española, titulada L’espoir, una película, más que tendenciosa, infame, llena de truculencias. Y sin opción posible me señalaron para trabajar en ella. Ya faltaba poco, se veía que la guerra tocaba a su término, y entre todos los “enganchados” para este film comunista nos encontrábamos algunos dispuestos a resistir en aquella forzosa ocupación hasta la entrada de las tropas liberadoras. Fuimos despacio, hicimos todas las diabluras posibles para que L’espoir no se acabara nunca….

Aún faltaban días para la llegada de las tropas nacionales a Barcelona cuando dispusieron que nos trasladásemos todos a Francia para continuar y terminar allí la película, con las debidas garantías y tranquilidad… me veía en el extranjero cuando ya me cría casi liberado y además uncido al carro de la gentualla comunistoide, que me era insoportable….

Una tarde se acordó definitivamente el traslado a Francia de toda la compañía y equipos técnicos. Despacháronse pasaportes, se tomaron los departamentos en el tren y se dispuso nuestro traslado en común a la estación. Tenía yo preparada mi estratagema y en aquel momento me perdí y desaparecí para ellos. Acudí rapidísimo a refugiarme en casa de un amigo… Aún tuve que aguantar unos días escondido hasta la entrada del Ejército español.

JULIO PEÑA. Mi vida. Ediciones “Astros·”. Madrid, 1943. Pág. 24-25.

Creo que sobran los comentarios, pero me permito uno: No se acordaba ni tan solo del título de la película, que pasó de “Sang de gauche” a “Sierra de Teruel“, para finalizar (por indicación de Corniglion-Molinier que lo consideró más comercial) “Espoir“, sin el artículo delante, ya que L’espoir es el título de la novela de Malraux, publicada originalmente en 1937 por Gallimard.

Su mayor actividad fueron los spaguetti-westerns y las películas de terror como, por ejemplo, una de sus últimas películas “Pánico en el transiberiano“, con Christopher Lee, Peter Cushing, Silvia Tortosa y él como inspector Mirov.

Descanse en paz.

 

 

 

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