A PESAR DE TODO, LA ESPERANZA

esperanza3Dice Malraux: “los hombres unidos a la vez por la esperanza y la acción tienen acceso, como los hombres unidos por el amor, a ámbitos a los que no tendrían acceso en solitario”[1]. Esperanza cuando veo colectivos que luchan contra el alud de mediocridad y estulticia que nos amenaza desde el poder. Y desesperanza cuando veo elementos que, a priori, deberían tener una actitud colectiva, corriendo al grito de “sálvese quien pueda”, o enzarzándose en luchas barriobajeras en los pasillos de las Cortes.

Esperanza de que el pueblo empieza de nuevo a moverse, después de unas vacaciones de años de consumismo. Dice el mismo autor: “esta noche cargada de una esperanza turbia y sin límites, esta noche en que cada hombre tiene algo que hacer en la tierra”. Sí, estamos en una noche oscura, donde los cínicos han apagado las luces para evitar que veamos el robo a escala planetaria. Pero hay personas, cada vez más, que están cogiendo conciencia de que tienen algo que hacer. Han entendido, como Malraux,  que “pensar en lo que debería ser hecho y no en lo que se puede hacer es idiota, es un veneno sin remedio”.

Porqué es precisa la acción. La que sea: encerrándose, gritando, luciendo una camiseta, sentándose en un portal, escribiendo o simplemente hablando del tema con los amigos. Estamos en una situación de cambio estructural, dónde todas las armas las tiene el enemigo, aquel que quiere retroceder a la Edad Media. A nosotros nos queda la exigencia ética de actuar. Salvando las distancias (no tantas como parece), sería buena la frase del general Miaja, defensor de Madrid, dicha en el II Congreso de escritores en defensa de la cultura, celebrado en Valencia en julio de 1937: No nos engañemos, esta guerra es del fascismo contra la democracia. Se desarrolla en España por haber encontrado en ella terreno abonado. El fascismo internacional encontró en nuestro suelo unos elementos que, nacidos aquí, llevados por su odio a la democracia, han traicionado a su patria”. Ha cambiado el aspecto, también los medios (como he dicho en otros artículos: ES LA GUERRA / GUERRA TOTAL Y DEUDA), la deuda es más eficaz que los cañones), pero la voluntad de subyugar a los pueblos es idéntica. El gran fascismo, escondido detrás de la cara estulta de unos mediocres –LOS ESBIRROS – que hacen el trabajo sucio a sus dueños, sigue intacto. Sólo en la acción encontraremos la esperanza de una solución.

Sí, ya sé que como dijo Max Aub: “Nada duele tanto como la esperanza, cuando la esperanza pende de un hilo”. Pero el saber que tenemos razón, que luchamos por algo justo y en un momento decisivo, que trenzamos las esperanzas de miles y miles de personas angustiadas, dará solidez al hilo de la lucha.

 


[1] Citas de MALRAUX, André. L’Espoir. Ed. Gallimard. Paris. 1996 (edición original de 1937)

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