VOLARE – cast
Ayer puse un twit que, sobre el asunto Spainair, mencionaba el refrán: “No existen malos negocios, si no negocios mal llevados”. Al minuto, recibí una respuesta que decía, más o menos: “Sólo te falta decir: ¡Viva España!”. La quiebra de la compañía aérea se debe, según se quiere hacer creer, única y exclusivamente a la presión de Madrid.
No negaré la injusticia que en la balanza de pagos existe entre Cataluña y España. Es un agravio que se ha de corregir. Quizá si hurgáramos en las relaciones obstinadamente amistosas entre CiU y el PP durante tantos años, encontraríamos algunas de las razones de la pobre evolución del tema, pero “ahora no toca” por lo que se ve.
Pero una injusticia no puede ser el velo que esconda nuestras debilidades. Más aún, con la intención de resaltar insistentemente el agravio, se ha magnificado hasta el absurdo nuestras capacidades y se han negado nuestras debilidades. Este hecho, entre otros, también ha colaborado a que se haya querido desarrollar una compañía aérea en tiempos de crisis y sin el apoyo económico claro de capital privado. La situación en que sólo por el hecho de ser catalanes tendríamos todos los gastos pagados, como decía el pensador, no se ha producido. No sólo es preciso trabajar, sino también hacerlo bien y por parte de gente cualificada. Y una buena parte de la clase empresarial catalana tiene un vuelo más gallináceo que de águila. Con notables excepciones, como la industria farmacéutica o la hotelera, sólo cabe recordar los Cacaolats, Caprabos, Torres Hostench, Fecsa, Banca Catalana y tantos otros, acompañados de gente menos conocida pero que han optado en masa por vender sus negocios y dirigirse a la especulación inmobiliaria.
La demagogia y el populismo están bien para ganar elecciones. Pero después se ha de ser realista, escoger los compañeros de viaje y hacerlo con un aparato que no sólo tenga carburante, sino que también tenga un destino fijado y sepa si podrá llegar a él.
Sí. También en política, no hay malas situaciones, sino situaciones mal gestionadas. En Cataluña como en todas partes.
