UNA SOLUCIÓN PARA BARCELONA

No ha podido ser: la A.E.M. se va a Ámsterdam. Mala suerte (¿suerte?). No pasa nada, hay propuestas mejores. Seguid leyendo:

A veces no son solo los astros los que se alinean para influir en nuestro futuro. Hemos vivido los últimos años la alineación de los dos peores gobiernos a ambos lados del Ebro. Despropósitos y proposiciones utópicas; silencio estulto y griterío populista; jefes escondidos y líderes mesiánicos. Y todo ello para un resultado nulo, excepto el logro de haber conseguido dividir y empobrecer a una ciudadanía cada día más harta.

Ante tanta mediocridad, se impone la imaginación. Pero no la utópica, sino la que se basa en argumentos históricos. ¿Qué os parece esta propuesta como solución al punto muerto creado por el “procés”? Avanzo la posibilidad que contaría con el visto bueno de la Francia de Macron, se conseguiría la independencia, un sucedáneo de corredor mediterráneo e, incluso, basándose en él, la cohesión de todos los Países Catalanes.

Sea cual fuere la evolución posterior de la política española, la independencia de Cataluña podría simplificar extraordinariamente las comunicaciones entre los puertos franceses del África del Norte y los del sur de Francia, sobre todo si un día u otro la “Cataluña Gran”, que llega hasta Cartagena y que constituye el objetivo histórico de todos los catalanistas, llega a realización. Si hay 400 millas de Port Vendres a Argelia, no hay más de 100 entre Cartagena y Orán, terminal del proyectado ferrocarril transahariano destinado a unir la costa africana con Dakar. La “Cataluña Gran” constituiría el paso natural entre Francia y sus inmensas riquezas africana”.

Pero claro, dada la naturaleza de la propuesta, nos encontraríamos frente a la Alemania de Merkel (hoy en horas bajas), en un conflicto que superaría con creces la esforzada pero estéril tarea del señor Romeva y su Diplocat. ¡Europa peleándose por Cataluña!

El sistema de ferrocarriles y carreteras catalanas, complementadas por la proyectada sección Tolosa-Lérida, facilitaría en gran manera este sueño imperial francés. Hay que evitar la amenaza de esta grandiosa realización y para ello tenemos un objetivo concreto en España: destruir toda posibilidad de una Cataluña autónoma o independiente que pudiera servir de puente entre Francia y sus colonias. Para llevar a cabo este proyecto, los alemanes tenemos preparado un plan: el traslado de la capital política de España a Barcelona, ya que esto destruiría para siempre toda posibilidad de autonomía catalana y daría a los castellanos la ocasión de obstaculizar el plan francés, al fijar la mirada de los españoles en el mar, que se convertiría pronto en el “Mar de las decisiones

¡Ah! Incluso tendríamos a nuestro alcance el tan prostituido derecho a decidir.

Por cierto, lo aquí citado es un fragmento del informe que hizo el especialista en geopolítica Franz Pause para el III Reich, sobre la necesidad de una intervención alemana en los asuntos de la Península Ibérica.

(La cita proviene de: MIRAVITLLES, Jaume. Los comunicados secretos de Franco, Hitler y Mussolini. Plaza y Janés Ed. Barcelona. 1977. Pàg. 101)

 

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