NO SOMOS BASTANTES

Alegría al ver las calles llenas de indignación, pacífica pero decidida. Tristeza al leer las encuestas que dan mayoría absoluta al partido que encarna gran parte de las tropelías que aparecen en las pancartas.

Miles, decenas, centenares de millares de personas clamando por más diálogo, más justicia social, menos abusos, más democracia, más castigo a los que han esquilmado países enteros. Pero millones atentos a la demagogia que exudan tantos y tantos medios de comunicación en manos del poder económico, a las prédicas retrógradas, a los comentarios xenófobos de políticos aparentemente centristas.  Y también extendiendo un boca-oreja dominado exhaustivamente por la demagogia más barata. Una sola idea, por falsa o retorcida que sea, decide un voto sobre una situación enormemente compleja.

Podríamos ser el 99%, pero de momento, la mitad de éstos opta por la derecha más depredadora; otro porcentaje por no votar, aludiendo a su ignorancia o a su desencanto;  otros…  Gente perjudicada por los recortes más antisociales votando a quien culpa de ello a los inmigrantes y no a la avaricia; otros, que están cargando con ellos por partida doble, estatal y autonómica, votando a derechas locales al centrar su decisión en el expolio que lo justifica todo, sin ver que el expoliador es sostenido por ellas. No, no somos bastantes.

Es magnífico llenar las calles, aún mejor seguir con la difusión (ellos dirían apostolado), en las plazas, en los bares, en los rellanos, en reuniones de amigos, de familia. Todos ellos son, aunque algunos no lo sepan, parte del 99%. Conquistemos también el boca-oreja. De otra forma, el poder absoluto que se avecina, dominará las bocas, las orejas, y los cerebros de la mayoría, tal como dijo el pro-fascista Gil Robles: “(discurso en el cine Monumental de Madrid el 15 de octubre de 1933) “hay que fundar un nuevo Estado, una nación nueva, dejar la patria depurada de masones judaizantes… Hay que ir al Estado nuevo y para ello se imponen deberes y sacrificios. ¡Qué importa si nos cuesta hasta derramar sangre!… Necesitamos el poder íntegro y eso es lo que pedimos…” ¡Y se lo dieron! ¡No repitamos la experiencia! Ellos construyeron un búnker que duró 40 años. Ahora, con otras armas (no menos letales), se está intentando repetir la jugada. También mucha gente aplaudió a Franco, tras la guerra. No por lo que defendía, simplemente porqué se habían acabado los bombardeos. Si la crisis amaina, tenemos PP para rato, aunque no sea gracias a ellos.

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