LA GUERRA DE ESPAÑA (T.Aranguren)

 Por Teresa Aranguren (1)

La guerra de España fue referente ético de toda una generación de europeos y americanos. Y su exponente más notable, aunque no exclusivo,  fueron las Brigadas Internacionales, más  de 50.000 hombres y también  mujeres,  de 54 países, el contingente más numeroso el francés , más de 10.000, después el alemán, el italiano, el estadounidense…En torno a  15.000 murieron en los campos de España.

La carga sentimental y romántica que sin duda  rodea el episodio de las brigadas no puede llevarnos a eludir la pregunta crucial ¿Porqué esas personas se vieron impelidas a arriesgar sus vidas viniendo a España?. Eran escritores, poetas, pintores, arquitectos, médicos, filósofos, obreros muchos de ellos comunistas o  sindicalistas o anarquistas,  otros sin filiación política definida, más allá de la clara conciencia de que en España se estaba librando una batalla crucial para el destino de la humanidad, o al menos de Europa.

¿Por qué los intelectuales de dentro y de fuera de España se sintieron impelidos a tomar partido…y actuar?

En el caso de los españoles posiblemente no había alternativa. No era posible quedarse al margen. Aunque algunos, como Ortega y Unamuno  después de un periodo de “decepción”, sí lo hicieron o lo intentaron. La experiencia republicana que en un principio habían apoyado, les resultó excesivamente revolucionaria, quizás demasiado “popular”, demasiado pueblo, para sus usos burgueses. Y creo que se equivocaron.

Para la mayor parte de los intelectuales y artistas de dentro y de fuera, la guerra de España era  la gran batalla moral de Europa. La defensa de la República era la defensa de la civilización frente a la barbarie fascista. Por eso no era posible la neutralidad ni  la indiferencia.

Y creo que no se equivocaban.  La guerra de España fue eso. Una guerra en legítima defensa. Pero una guerra claro. Brutal y cruel como toda guerra. Pero también heroica, conmovedora, esperanzada…porque aún había esperanza, en la fuerza de la humanidad, de la razón, de la moral…

Tristes guerras si no es amor la empresa
Tristes tristes

Escribió Miguel Hernandez …

Los artistas, los grandes, no inventan, ven. Antonio Machado, Miguel Hernandez, Neruda, Lorca,  Picasso, Miro, Cesar Vallejo, Cernuda, Alberti, Leon Felipe, Malraux, Orwell… vieron primero en la República , después en la defensa de la República, es decir en la guerra,  dos grandes empresas morales, dos momentos decisivos en la historia de España y de Europa.  Hay ocasiones en las que los seres humanos llegan a ser lo mejor de sí mismos, se hacen uno en un todo,  se hacen humanidad y por tanto algo más que humanos, así es La condición humana de la que escribió André Malraux.  Y así fue para muchos , la guerra de España.

La poesía, como ningún otro arte,  fue la expresión más honda y se podría decir “combativa” de la guerra de España.  Los poetas vieron mejor que nadie lo que la guerra de España significaba y se comprometieron en ella.

Antonio Machado en 1936

Soy viejo y enfermo: viejo porque paso de los sesenta, que son muchos años para un español, enfermo porque las vísceras más importantes de mi organismo se han puesto de acuerdo para no cumplir exactamente sus funciones…De todos modos aquí me tiene usted al lado de la España joven y sana, de todo corazón al lado del pueblo, de todo corazón también frente a esas fuerzas negras- y tan negras…

 Y  Miguel Hernandez

Hombres, mundos, naciones
Atended, escuchad mi sangrante sonido..
 Un porvenir de polvo se avecina,
se avecina un suceso
en que no quedará ninguna cosa;
ni piedra sobre piedra ni hueso sobre hueso…
España no es España, que es una inmensa fosa,
 que es un gran cementerio rojo y bombardeado:
 los bárbaros la quieren de ese modo

La derrota se acerca, y el poeta la ve acercarse.

En una escena, para mí especialmente conmovedora  de  Sierra de Teruel, un joven dice a dos hombres mayores: “para qué vale ir al monte a recoger a los pilotos heridos y al muerto…eso no vale de nada, no es útil”… y el viejo responde : “para darles las gracias”. Toda la grandeza y el dolor  de aquella España que iba a ser derrotada  se expresa en esa frase.

La vecindad de la derrota está ya presente en esa escena, como lo está en la impresionante secuencia final, esa interminable fila de paisanos que serpentea por la montaña para asistir al paso de los brigadistas heridos,  en los rostros hieráticos y sombríos de esos campesinos que levantan el puño al paso de las camillas, creo que no en un gesto de afiliación comunista, sino en  un último gesto de cortesía , de agradecimiento hacia aquellos jóvenes extranjeros,  hay una especie de obstinación desesperada , está ya presente la derrota que se avecina.  La guerra de España es también el trauma de la amarga derrota.

Y se podría decir que hay algo muy literario en ese trágico destino de la República y los republicanos españoles. Y siendo suficientemente cínicos, que las derrotas son más literarias que los triunfos, y que el mito se alimenta mejor en la derrota. Pero nada de eso quita un ápice de verdad y valor a la épica de  aquella heroica, desigual y tenaz resistencia de los republicanos españoles. Hay una tendencia a  “revisar” el carácter moral de la Guerra de España. Una especie de necesidad de “rebajar” la condición ética de aquella guerra con una visión casi equidistante de los dos bandos, como si el hecho de que también en el bando republicano se cometieron atrocidades fuese razón suficiente para “igualar” las razones de unos y otros y el comportamiento de unos y de otros. En el lado repúblicano, los crímenes y los abusos se cometieron “pese a los esfuerzos del gobierno por impedirlo”, en el lado franquista el crimen, el exterminio de los rojos, del pueblo de la República  era una directriz política.   No hay guerras limpias pero sí hay guerras justas. La guerra en defensa de la República española, fue una guerra justa. Tristemente justa.

Y aunque s cierto  que hubo intelectuales como  Paul Claudel , Charles Maurrás, que apoyaron al bando de los sublevados,  ni su  categoría como artistas o pensadores ni su número es comparable al de  los que apoyaron la causa republicana. Malraux, Orwell, Spender, Ehrenburg, Hemingway, Kazantzakis, Erno Friedman, Gerda Taro ( Frank Cappa) Simone Weill, María Zambrano, Bergamín, Max Aub, Antonio Machado, Miguel Hernandez, Neruda, Cesar Vallejo, Cernuda, Altolaguirre, Alberti, Maª Teresa León, Buñuel, Picasso, Miró…Las mejores gentes de una época trágica.

Y uno podría preguntarse ¿para que sirvió su arrojo y su valentía. ?…No sirvió para salvar la República española , ni para parar al fascismo.  Pero , sabiendo que la pregunta es tramposa, no es válido preguntarse desde nuestro tiempo por lo que valía o no la pena en otro tiempo, diría que entre otras cosas  hizo que lo humano no fuera definitivamente aplastado. Nos permitió  “ seguir siendo humanos”. Saber que pese a todo podemos seguir siendo humanos.

(Teresa ofreció esta interesante intervención durante el acto “Malraux en España 1936-1939)”, celebrado en el Instituto Francés de Madrid el 5 de abril del 2017).

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