¡EN TU HAMBRE MANDO YO! (cast)

De los periódicos: Linde (Banco de España) recomienda institucionalizar salarios inferiores al mínimo, entre otras medidas no neoliberales, sino cabernàriamente colonialistas. Antes se iba a América o a África a buscar esclavos, ahora perciben que los pueden tener más cerca, ahorrando transporte. Esta es la tendencia, o trending topic como se dice hoy en día. Unos señores, sentados ante un arroz de bogavante con vistas al Mediterráneo, recomiendan que los que sólo pueden comer patatas, y un poco de pollo de vez en cuando, prescindan de este último.

Teniendo en cuenta quien patrocina el acto (Indra –aplicaciones militares-, La Caixa –banqueros por excelencia, lo que no es muy excelso- i KPMG –consultores con el lema “cutting through complexity”, o sea, aprovechar la complejidad para recortar), no se puede esperar mucho más de estos cerebros privilegiados que el que sigan la canción habitual: es preciso rebañar hasta el último euro de los miserables, no porqué los necesitemos (la productividad no sale de aquí), sino porqué la miseria genera el miedo, la angustia, i con ella la obediencia.

Claro que esto puede ser explosivo, y quizá por esta razón se necesita avalar las pelotas de goma, demostrar firmeza cual mosso mazinger; reforzar en número y dotación de las fuerzas represivas. Éste es un gasto necesario para evitar que primero unos pocos, y después más cada día griten la famosa frase: “¡En mi hambre mando yo!”, citada por el diputado Fernando de los Rios, que seguía así: “esa rebeldía heroica de los miserables nos dio 7500 votos de mayoría… Si viera como acudían en los pueblos -harapientos, miserables-, a escuchar, con que fe nos oían, y con qué limpieza abrían su alma a la posibilidad de que, mediante un régimen legal, se pudiera modificar la situación de vida en que se hallaban.“[1] Ahora, diputados de su partido y de muchos otros, comparten bogavante sin darse cuenta de que cada vez quedan menos espacios donde poder modificar una situación dónde es el propio régimen legal el que les está empujando a la miseria ancestral.

Una nota final para los lectores catalanes. La prensa airea (La Vanguardia, 1.6.2013) que nuestro bienamado Mas-Colell también abraza dicha propuesta. ¡Cuidado, eximio conseller! Si aún sostiene la pata del crustáceo, corre el riesgo de mancharle la espalda.