¿OTRO RIDÍCULO MÁS?

Ahora que muchos políticos que babeaban por Eurovegas, con el símbolo del dólar en los ojos como en las codiciadas máquinas tragaperras, empiezan a bajar velas e intentan salirse como pueden, recuerdo una anécdota dónde en la retirada se hace tanto o más el ridículo que durante el propio proceso.

A primeros de noviembre de 1931, apareció en Barcelona el financiero francés de origen judío Lazare Bloch, exmarido de Marthe Hanau (de la que se llevaron sus juegos financieros a la pantalla en el film “La Banquière”, dirigida por Francis Girod y protagonizada por Romy Schneider). Los dos tenían un largo historial de fraudes y trampas financieras razón por la cual estaban bajo juicio en Francia.

Le recibieron y se reunieron con el alcalde de Barcelona, Aiguader, con el Consejero de Finanzas, Giralt, y también, en una cena en el Hotel Oriente, con tenientes de alcalde, diputados (Lluhí) y periodistas (Ventalló). Intentó ser recibido también por Maciá, pero al parecer no lo consiguió.

Pocos días después, el Consejero Giralt publicaba en El Liberal de Madrid, unas declaraciones dónde magnificaba la precariedad de la peseta y propugnaba su devaluación. El día 15, La Publicitat publicaba escritos del propio Bloch, las mencionadas declaraciones de Giralt y un artículo aparecido en La Humanitat (dirigido por Lluís Companys), sobre “La posición que ha de mantener el Gobierno ante la crisis económica mundial”. En conjunto, demostraba la voluntad de Bloch de implicar a políticos catalanes en una acción especulativa de gran alcance para hacer devaluar la peseta.

El mismo día 15, Bloch era expulsado de España.

Por parte de los políticos implicados, Giralt alegó que sólo habían hablado de temas generales, y que había recibido el texto de algunos artículos sobre economía en general de la mencionada Marthe Hanau. Pura coincidencia.

Respecto a Companys, sus alegatos fueron aún más curiosos. Reproduzco parcialmente el texto: “Mi intervención en el asunto Bloch se ha reducido a que hace pocas semanas un amigo me presentó en un café de Barcelona al indicado señor… que yo desconocía en absoluto, por no haberme interesado nunca los asuntos financieros… y me explicó una serie de cosas queyo, por creerlas fantásticas, no las presté la menor atención. Días después, un amigo me entregó una nota escrita en catalán, que hablaba de cuestiones financieras, con el ruego que las publicase en La Humanitat. En mi diario no tenemos informador de finanzas. Yo no entiendo de esas cosas, y creí que la nota no tenía ninguna importancia, ignorando como yo ignoraba, hasta que La Publicitat me lo ha revelado, que procedía de M. Bloch. La nota estuvo sin embargo dos o tres días sobre mi mesa sin que yo ordenase su publicidad, hasta que sin saber yo cómo, y mezclada, sin duda, con otros originales, fue a las cajas y se publicó, con sorpresa por mi parte, si bien no concedí al hecho ninguna transcendencia”. ¡Antológico!

El libro sigue explicando que después de algunos días de escándalo y de gran atención periodística, su eco se extinguió súbitamente. Posiblemente, dice el autor, frenado por los mismos promotores de la campaña, la derecha de Acció Catalana y la Lliga.

En cualquier caso, un ridículo espantoso, que en el c aso de Companys se ve minimizado por su heroico final.

Espero que el presidente Mas y sus consejeros que ahora reverencian a un inversor inmobiliario valenciano, con movimientos especulativos en España (dónde aprovechó las PAI en Valencia para pasar terrenos rústicos a urbanos) y otros países, con la misma devoción que mostraron hace pocos días a Adelson, no necesiten el martirio para redimirse del ridículo que corren el riesgo de hacer. El presumir de fomentar el turismo familiar mediante el establecimiento de seis casinos, ya nos indica por dónde van los tiros.