LOS ESBIRROS

limosnas20Nos quejamos de los mercados. Los mercados y su presión se ponen como causa y excusa de tantos recortes injustos e insolidarios. Y no es verdad. Cada uno juega un rol en esta tragedia, y cabe distinguirlos. Los mercados inician el proceso, pero otros lo rematan.

Pongamos un ejemplo: una madre lleva su paga mensual  a casa. Además de atender a los gastos de la familia, está pensando en comprarse un abrigo. Al llegar se da cuenta que en el metro le han robado la mitad del importe recibido. Días después, decidirá comprarse la prenda, dejando a su hijo sin comer carne todo el mes. Evidentemente hay un personaje, el ladrón, que influye en el desenlace; pero también hay otro que decide cómo administrará la situación. Estos son los esbirros.

Los mercados exigen más y más dinero de las naciones. Argucias financieras que los políticos no tienen talla ni agallas para atajar.  Pero después están los gobiernos, y cada ministro (o conseller) en particular, con sus decisiones propias ante la crisis, marcadas por su talante moral y su adscripción ideológica.

Este comentario viene a cuento del retraso en el pago a los centros asistenciales concertados en Cataluña. Hay un problema de liquidez. De acuerdo. Pero, ante el mar de facturas que tiene enfrente, hay quien opta escoger no pagar aquellas cuya acción perjudicará a los ancianos y discapacitados, cuando podía, por ejemplo, aplazar el pago de las nóminas de los miembros del propio gobierno (previsiblemente con más recursos para aguantar los dos meses sin los ingresos en cuestión). O, dado que la escasez obliga a reforzar la lucha contra el fraude, se decide centrar la actividad recaudadora en miles de personas en riesgo de exclusión y no en reforzar el control del dinero negro o la evasión fiscal.

No nos engañemos ni nos dejemos engañar. Que “los mercados” sean unos salteadores que quieren pasar una parte del dinero de las naciones a sus bolsillos, no es óbice para que también haya un sesgo ideológico, arrogante y clasista, en las execrables decisiones que hoy estamos viviendo.

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