HAY ALGUN EMPRESARIO A BORDO?

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, escribió en la prehistoria: “se precisan 80.000 empresarios para crear 800.000 nuevos puestos de trabajo”[1]. Ahora debería decir que se precisan 400.000. Resulta que no hay trabajo para los asalariados, pero se pide a la gente que se convierta en empresario. Esta voluntad de renovación, ¿será un reconocimiento de que el paro, al menos en parte, es culpa de los empresarios actuales?

¿Pero quién es empresario? El emprendedor, el creativo, el que genera puestos de trabajo. De acuerdo, pero, ¿y los otros?  Cuando Jordi Pujol, en una conferencia reciente, pedía la implicación de éstos para salir de la crisis, ¿a quién se dirigía? A los “asalariados” (el propio Rosell, asalariado estratosférico desde Juguetes Congost hasta Caixabanc, pasando por eléctricas, cementeras y otras compañías)? ¿A los “dueños de las empresas? ¿A los autónomos con un par de empleados? ¿A los que se han quedado en el paro y con la indemnización (de la época en que ésta tenía aún un mínimo de sustancia) han cogido un bar en traspaso?

Si una empresa cotiza en bolsa (Telefónica por ejemplo) ¿quiénes son los dueños? ¿Quienes los empresarios? Saco a relucir este ejemplo porqué  los “empresarios” que en un año de grandes beneficios han decidido eliminar un 20% de la plantilla (es irrelevante que el gasto lo pague la empresa, cosa que está por ver), es por qué no habían hecho correctamente la tarea de planificación para la que les habían contratado. Esta falta de previsión, ¿los invalida como “empresarios”?

Y siguiendo con el ejemplo, los miles de personas que tienen suficientes acciones como para ir viviendo del “cupón” de las grandes empresas del Ibex35, de alguna manera son sus dueños parciales, ¿pero son empresarios? ¿Y  el factótum de Sacyr, que con el dinero que no hay pero que los bancos sí le dejan a él, quiere conseguir el control de Repsol, ganando un montón, ¿es un empresario? ¿Crea puestos de trabajo? ¿Genera alguna riqueza más allá de la propia? Que es atrevido sí, pero poca cosa más.

Y los que (en Cataluña abundan) que tenían una fábrica que, en la época del boom, optaron por vender a capital extranjero e invertir en  promociones de chalets adosados, especulando sin fin, ¿son empresarios?

El Informe anual del Global Entrepreneurship Monitor nos dice que la crisis frena el crédito pero genera empresas más sólidas. Añadiría:  aleja al vivales y al especulador. Una muestra de ello es que aumentan las empresas de componente tecnológica así como las orientadas a la exportación, y ello las hace más sólidas y duraderas. ¿A ver si lo que sobraba eran los bancos y su codicia, que fomentaba la irresponsabilidad a la hora de invertir? Otro dato del mencionado informe es que el 7,5 de los adultos catalanes son potenciales emprendedores, porcentaje que casi dobla el del año anterior. Muy bien, datos positivos. Pero, ¿y los empresarios de antes?

Los pequeños empresarios y los autónomos están padeciendo una crisis muy severa. Incluso se habla de que han aumentado los suicidios. En especial debido a la falta de ética de unas administraciones que han cogido el vicio de pagar a unos plazos inaguantables para los pequeños. Pero, ¿de qué manera la sufren los otros?

En muchas de las grandes empresas que ahora están despidiendo gente a mansalva, compulsivamente, a la espera que con el PP y sus leyes  laborales puedan contratar a mitad de precio y fácil despido, sus directivos (también llamados empresarios) asumen la crisis como la tarea de cambiar empresas de titularidad, camuflar patrimonio y otros trucos habituales, lo que sí requiere un cierto esfuerzo. Pero sin el riesgo de pasar hambre, conservando la casa en la Cerdaña y manteniendo la costumbre de las vacaciones intercontinentales. Este cupo de “empresarios” ya lo tenemos ampliamente cubierto.

¿De qué tipo necesitamos pues los futuros empresarios que han de sacar al país de la crisis? ¿Necesitamos más Diaz Ferran? ¿A más “empresarios” como los directivos de NovacaixaGalicia o la CAM? ¿Cómo los de Cros que nos envenenaron el rio Ebro? ¿Cómo los de las multinacionales que amenazan con irse si no son subvencionadas? ¿Se establecerá algún filtro que vaya eliminando los ineptos, los frívolos soñadores, los tramposos?

¿Qué crisis están pasando los detentores de las SICAV? ¿A qué se debe que las ventas de “berlinas de representación” y los yates de gama  alta aumenten sensiblemente, mientras que las de los coches utilitarios bajan espectacularmente? ¿Son ellos empresarios? O simplemente es que han nacido con la flor en el culo. Por favor, cuando se empuje a la gente a hacerse empresario, pensémoslo antes. Si no, sólo aumentaremos la nómina de gente desilusionada, hundida hasta el cuello por las deudas que habrán contraído con estos bancos tan bien gestionados por los “empresarios” de toda la vida. Ser “empresario” es un trabajo muy delicado, que no todos los que se califican como tal saben hacer, aunque cobren por ello.



[1]  Rosell, Juan. España en la dirección equivocada. Edisur. 1980

About: acistero


Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà.

Aquest lloc utilitza Akismet per reduir els comentaris brossa. Apreneu com es processen les dades dels comentaris.