DIRTY BUSINESS -cast
No es una crisis, Es un negocio, un negocio sucio.
Tras una carrera especulativa digna de la Conquista del Oeste, los pocos que ganaban no conseguían saciar sus ansias y el endeudamiento de los menos hábiles (los más) ponía en riesgo el flujo de beneficios de los primeros.
¿Dónde habrá más dinero para arramblar con él? Se preguntaban. ¡Ah, claro! En el sector público, el que con el esfuerzo de los no especuladores se había edificado ladrillo a ladrillo, ladrillo sólido hasta hoy; el que con poco déficit, mantenía tranquila la masa silenciosa.
¿Cómo podremos hacerlo sin alterar el status quo que tantos beneficios nos está dando? Y entonces lanzaron a sus esbirros, a sus lobbies, a sus medios de comunicación, a sus representantes corporativos, meros figurantes, y extendieron por el mundo el ejército de zombis clamando ¡crisis! El negocio basado en el miedo, en el chantaje: “estáis mal, pero si no queréis estar peor, nos tenéis que dar carta blanca”, repetido una y otra vez, desde todos los ángulos, hasta penetrar en el mundo de la verdades irrefutables.
Se apropiarán de los negocios públicos rentables, ahogando así una fuente imprescindible de fondos para el erario público. ¡Qué bien le irían ahora al Estado los beneficios de Telefónica!, ¿verdad señor Aznar?
La pregunta del millón (nunca más bien dicho) es: ¿cuál será el próximo paso? Cuando el sector público se haya desangrado, cuando no queden áreas por esquilmar, será inevitable que se desollen entre ellos. Será el momento de la 3ª guerra mundial (destruir para obtener el negocio de reconstruir), a la que lanzarán a la aterrorizada, empobrecida y enmudecida masa silenciosa.
